El
pueblo español es suspicaz. Sin embargo, tal pulsión dista de ser connatural ni
gratuita. Tampoco putativa. Se gesta y alimenta por siglos de oscurantismo,
promesas incumplidas e infamia. Casi todo, en este país postrado, corresponde a
un poder desleal, inmaduro, con vocación tiránica. A lo largo del devenir
histórico (cuatro milenios) el individuo fue dueño de su destino -incluyendo
clausuras- en contadas ocasiones, escasamente unas décadas. Democracia aquí
tiene un significado diferente al que traducen naciones de nuestro entorno.
Creo llegada la hora en que debamos exigir un trato respetuoso; propio de quien,
según refrenda nuestra Constitución, es soberano.
Benicalap,
barriada obrera casi enclaustrada, viene sufriendo tradicionalmente olvidos y
marginaciones de una Administración local laxa. Huérfana, sin afectos, calla
porque es humilde. Un breve repaso nos indica la inexistencia de dotaciones
públicas que permitan cierta calidad de vida. La irrisoria red de transporte
urbano la hace cerrada, sin horizontes, asfixiante. Tal escenario le marca un
carácter endógeno, tribal, opuesto al aperturismo que demandan los nuevos
tiempos.
Ahora
(de tapadillo, con nocturnidad y alevosía) proyectan construir por mediación de
Casa Caridad un complejo asistencial. Mentiras, verdades a medias y, sobre
todo, ocultismo conforman el prólogo. Envuelto en una atmósfera vaga hemos de
interpretar frases, gestos y contradicciones. Sabemos, más allá de conjeturas,
que pretenden incorporar al Centro ex-convictos, así como -muy probablemente-
toxicómanos en proceso de desintoxicación y rehabilitación. Estas noticias, conexas
a tanto misterio y por tanto difíciles de rebatir, son la causa de tanta
inquietud y la razón del clamor que se agiganta conforme el vecindario va
advirtiendo los alcances. Voces gubernativas, insensibles o interesadas -entre
tanto- confunden solidaridad y suspicacia.
Poco
a poco madura la idea del terrible impacto que tan improvisado proyecto
ocasionará en el hábitat humano. Convecinos y familiares, sin alardes, con
sensatez, guardando escrupulosamente la ley -enfundados en ella- piensan luchar
hasta el agotamiento para que hijos y nietos crezcan, se desarrollen, en un
medio de paz y seguridad. Les impulsa su derecho; asimismo lo exige su
obligación.
Por
los mentideros se afirma la maniobra del equipo de gobierno municipal para
trasladar Casa Caridad de su vieja ubicación en el Paseo de la Pechina. Tas el
biombo de reforzar la imagen turística de Valencia parecen ocultarse opacos favores
privativos poco dignos. Salvando ese escollo de priorizar oscuras intrigas
sobre derechos individuales, no podría oponerse ningún objeción si, a renglón
seguido, existiera un firme propósito de conciliar con justeza y justicia
cargas e intereses sin acreedores ni deudores.
Sé
que las asociaciones vecinales se financian mediante subsidios orgánicos. El
círculo vicioso lo inicia la falta de alistamiento y aquellos, que les obligan
a secundar la voz del amo, junto a gestiones arbitrarias, precipitan su
defunción real. Son fósiles administrativos. Sólo así se explican vergonzosas pleitesías
al estatus, mitigadas por acciones teatrales, anteriores o posteriores, que
lavan una cara bastante sucia. No extrañe que el ciudadano, harto de tanta impostura,
se organice en movimientos asamblearios, extraños a los modos clásicos; es
decir, a las milongas.
Esperamos,
y no es mayestático, que el PP municipal sepa corregir a tiempo el camino
emprendido. No se puede degradar más un barrio deprimido e infradotado. Sobre
su conciencia, y la de sus cómplices, caerá el peso de la inmoralidad amén de
los acontecimientos lamentables que pudieran ocurrir a futuro.
No
es un consuelo, pero Cronos descubrirá quién llevaba razón.
Excelente escrito. Ha plasmado la pura realidad de lo que el barrio de Benicalap está sufriendo desde hace años.... un barrio que cada vez va perdiendo su luz por los compromisos no cumplidos, la dejadez de las autoridades pertinentes, y a la degradación y marginalidad que se ha ido creando. La poca transparencia que han tenido para los vecinos, en este escrito, usted, ha dejado lo contrario, LA TRANSPARENCIA de un problema social que usted ha reflejado a la perfección. MIS FELICITACIONES por este escrito.
ResponderEliminarUn asludo
Gracias Onice.
EliminarUn saludo