Depresión Aislada en
Niveles Altos (DANA), antes denominada “gota fría”, es un fenómeno
meteorológico que provoca lluvias intensas cuando convergen, a gran altura, una
masa de aire frio con otra caliente y húmedo. Otoño o primavera son las
estaciones en que se genera, por áreas del Mediterráneo, provocando cuantiosas
pérdidas materiales y alguna humana. Curiosamente, el fenómeno se repite año
tras año, desde tiempos inmemoriales, y siempre pilla al personal fuera de
juego, sin tomar ninguna medida atenuante. Encauzar torrenteras, limpiar
lechos, evitar construcciones en correntías naturales, etc. evitarían bastantes
molestias, cuando no tragedias. Da igual (igual da), según dicen —y debe ser
cierto— el hombre es el único animal que tropieza dos veces, o las que hagan
falta, en la misma piedra.
La DANA mediática (Detractores
Arrogantes Notician Aguachirle) —como su nombre indica— origina inclemencias empapando
mentes superficiales y escrúpulos incautos mientras desorienta la sociedad, ya
bastante perpleja. Frustrada merced a un prestigio inmerecido, porque el
periodismo clásico (formado en trincheras arriesgadas) ha muerto de
indigestión. Hartura y acomodo han sustituido a anhelo y lucha, tal vez
aguijoneados por ese prurito ininteligible, indigente, fanático, que llaman
progresismo. Perdidos valores y deontología, resta solo dejarse corromper
arrimando el ascua a su sardina. Ecléctico yo, suelo informarme a través de
medios que se nutren (mejor dicho, los nutren) del amplio abanico ideológico o
financiero; por tanto, veo y leo todo. Su alineamiento furibundo e
indiscutible, me causa vergüenza ajena.
Ahora mismo, nosotros
estamos inmersos en una DANA (Decisiones Alarmantes de Necios Autoritarios) política.
Produce efectos tan catastróficos como la meteorológica, pero más duraderos. A
veces, su actividad incluso genera demasiadas víctimas de forma directa o
indirecta. También en este caso, el suceso se viene padeciendo desde hace
siglos, pero de modo arraigado, rutinario, cansino. Los alcances del rigor
meteorológico no pueden excusarse, reducir ni birlar; son magnitudes
conmensurables. Sin embargo, los producidos por la DANA política, con matices
mínimos hasta ahora en las diferentes siglas que han ostentado el poder, se
manipulan hasta extremos insólitos. Disimulos, arbitrariedades, mentiras, vilezas,
todo vale en este desfile corrupto. La auténtica corrupción pervierte valores,
instituciones y principios democráticos. El bolsillo no destruye los cimientos
del Estado, únicamente los resquebraja.
El gobierno
social-comunista y sus apoyos extravagantes e infaustos constituyen una isla en
el continente europeo, al menos. A medio plazo, dicha circunstancia puede ser el
mecanismo que haga explosionar aquella coalición ante la alternativa de rehusar
los tan sonados ciento cuarenta mil millones del Fondo Europeo de Recuperación.
Unidas Podemos, junto al resto de siglas nada conciliadoras ni convincentes, es
un obstáculo inexorable para recibir el pastizal. Vislumbro una disyuntiva
inequívoca, pese al retorcimiento de Ciudadanos: elecciones o miseria. Estoy
convencido de que Sánchez e Iglesias apostarán por “miseria”. Reitero mi
confianza en Europa porque este par no se marchan ni con agua caliente. ¿Imaginan
a Sánchez fuera de La Moncloa y a Iglesias sin poder? No, ni aunque ustedes fueran
novelistas de ciencia–ficción. Imposible.
Una vez constatada la
indisolubilidad de Sánchez e Iglesias, preparémonos; ambos son un verdadero infortunio
para los españoles. No voy a describir a ninguno porque, desde el primer
momento, me parecieron protagonistas de lo peor sin atisbar ninguna virtud por
exigua que fuere o pareciere. Quiero recalcar que cualquier reseña se delimita
al político, jamás a la persona. Sánchez, mentiroso compulsivo y experto
trilero, protagoniza tantas monstruosidades que necesitaría páginas para
mencionar tan solo unas cuantas. Sugiero que reparemos en cuantos equilibrios debe
hacer para contentar a independentistas y Bildu —apoyos sustantivos,
imprescindibles— pero sin “ofender” al resto de españoles. Vivir
permanentemente dentro del escaparate ocultando encarnadura y carencias, tiene
poco recorrido.
Su trayectoria política
nos obliga a sospechar del gesto inesperado que ha tenido Sánchez con Díaz
Ayuso tras bochornosos ataques dirigidos a quitarle la presidencia autonómica.
Abandonado el país a la ventura tras aquella ilusoria frase: “Hemos derrotado
al virus y saldremos de la crisis con un Estado de bienestar mucho más robusto
y fuerte”, yo no me fiaría nada de sus intenciones. Seguro que la engaña como
viene siendo habitual en todos sus compromisos, “proeza” que inició tiempo ha hasta
con compañeros de militancia. Ignoro qué mengua demasiadas mentes cuando las
encuestas serias superan el diez por ciento en intención de voto, una vez
observado cómo se las gasta el personaje. Democracia y libertades con este
presidente, amancebado asimismo con Unidas Podemos, están próximas a su
desaparición real si nadie lo impide.
Desde aquella lejana y
barroca frase: “El cielo no se toma por consenso, se toma por asalto”, Iglesias
ahora —viviendo la opulencia por consenso— sigue diciendo chorradas. Qué lejos
de Felipe González (estadista también con errores en su currículum) capaz de
generar mensajes llenos de cordura y sentido común: “Pactar un proyecto de país
con gente que no cree que España debe continuar como proyecto es una
contradicción”. El vice, orondo y farolero, declara que UP tiene como misión
fundamental liquidar la monarquía, que Leonor no llegue nunca a ser reina. Pero…
¿quién te crees que eres, más allá de un espectro necesario para que otro ocupe
La Moncloa? ¿Acaso Reino Unido, Holanda, Dinamarca o Suecia no son democracias?
Mejores que la nuestra. Este modo de actuar constituye auténtica corrupción
social, la fetén. ¿República a estas alturas? ¡Ya!
“Ustedes no volverán a
formar parte del consejo de ministros”, estas palabras de Iglesias dirigidas al
PP en el Parlamento, proporcionan la foto —entre paranoia y desafío— que ofrece
el figurante. “Las cosas que parecen imposibles terminan ocurriendo” imprudencia
dicha a su vez por el mismo actor, a mí me ocasionaría una despreciable sonrisa
de frialdad. Además, nadie cuerdo puede explicarse cómo el propio gobierno central
es oposición en la Comunidad de Madrid. Concentraciones contra Ayuso de barrios
vinculados a alguna restricción, fueron convocadas por asociaciones vecinales (untadas
con elevadas subvenciones de la propia Comunidad, vaya guasa), que recibieron el
apoyo inicial de PSOE y Unidas Podemos. Nuestra democracia es singular,
insólita, por tal escenario y otros propincuos a la quiebra constitucional. Vamos
al revés del mundo.
Termino con dos hipótesis
asombrosas. Un radical Sánchez, aleccionado por la extrema izquierda, pretende
arrasar Madrid antes de desposeerlo a Ayuso. Metroscopia, empresa demoscópica,
publica una encuesta que pronostica el aumento de un diputado para el PSOE y la
bajada de solo diez a Unidas Podemos. ¿Son posibles estos datos con la que está
cayendo? Así se estima, aunque parezca increíble.