Todavía ignoro si mi
querencia por la información política, en sentido amplio del vocablo, se debe a
exclusivos y viejos impulsos analíticos. Tal vez surja en mí un desconocido
afán compilatorio de dichos y hechos esperpénticos o disparatados. Mi ideal primigenio
fue desgranar opiniones objetivas, equilibradoras, de actos y frases prodigados
por políticos relevantes. Hoy, sin embargo, aparecen segundones que generan
hilaridad; tanta que uno, hastiado de cinismo y doblez, empieza a replantearse
si no cambiar el rigor por la flema. Asimismo, parece trascendente reubicar
cinismo, ineptitud y felonía para asentarlos a medio camino entre tragicomedia
y sainete. ¿Por qué no tomarse con humor tan desmedido afán de entrar a bombo y
platillo en el libro Guinness del despropósito? Acontece con exceso que estos
siniestros personajes de la rivalidad, anudan su fe al sectarismo más
artificioso y petulante.
Britney Spears -famosa
estadounidense en múltiples facetas y declarada indocta - dijo: “Nunca he
querido ir al Japón, sencillamente porque no como pescado. Y sé que el pescado
es muy popular por África”. De parecido extracto, pero regado de rédito u
oportunismo raquítico, escuché días atrás en la televisión castellano-manchega:
“El PP ha perdido todo crédito democrático”. Solo un fiel puede declarar infiel
a su prójimo. En este caso, si la memoria no me falla, la autora fue la
portavoz de Podemos en las cortes castellano-manchegas. A lo sumo, era diputada
autonómica. Dicha señora -perteneciente a un partido comunista, según confesión
de su propio líder- exhibe tanta indigencia cultural como la cantante americana
o su cinismo no tiene parangón. Pero … ¿qué sabrá ella de miga democrática? La
Historia, fustigado destello empírico, testimonia de sobras el pedigrí
democrático del comunismo real. Apaga y vámonos.
El PSOE, últimamente,
está que lo tira. Don Pedro se empeña en darle la vuelta a un partido que, con
mayor o menor fortuna, siempre sostuvo políticas de Estado. Ya empezó Zapatero
esa ansiedad (o capricho absurdo) de gobernar contra medio país. Sánchez
insiste. Acrecienta el disparate con tres novedades. El deseo de echar a Rajoy
jugándose la vida a la ruleta rusa con el revólver que pone Pablo Iglesias en
sus manos. La estrategia de dificultar el proyecto del gobierno (si es que lo
tiene) con respecto al independentismo catalán, en un ni sí ni no sino todo lo
contrario. Creer que la solución catalana pasa por ofrecerles un Estado federal
cuyo apéndice “asimétrico” quiebra su principio sustantivo. En suma, son tres
disparates de tal envergadura que la aplicación de uno solo daría con los
huesos del PSOE en la cárcel del olvido social por largo tiempo.
Escapa a mi información
quien empieza a cometer un disparate mayúsculo, vertebral para el futuro de
España. Si el PSOE abandona la moderación que le caracterizara antaño, se haría
imprescindible la aparición de un partido con parecida encarnadura a aquel de
mil novecientos ochenta y dos. Sé que nuestro país necesita una derecha moderada,
una izquierda también comedida y un partido liberal que actúe de bisagra.
Cierto que todos deben velar porque surja un a ética capaz de desterrar
nepotismos, tejemanejes, derroches o “distracciones” de dinero público, entre
otras virtudes que compendian la moralidad política. La lamentable conjunción
de indolencia social y desgana de algunos poderes fácticos, son los verdaderos
culpables de que UPyD, por ejemplo, deje por recoger el testigo de aquella
continencia abandonada voluntariamente por un PSOE desnortado, deplorable,
oneroso y olvidadizo.
Ciudadanos diluye
reputación y confianza electorales porque aparece sin proyecto firme,
arraigado. Al menos, eso deja entrever. Peca, al igual que PP y PSOE, de
postular un catalanismo no independentista pero diferencial. Cualquier partido que
se diga nacional, no puede ser catalanista, castellanista o andalucista. No. Debe
ser españolista; es decir, defender por igual el bienestar de los españoles,
vivan donde vivan e independientemente de sus balanzas fiscales. El IVA lo paga
cada empresa según donde tenga el domicilio social. Por eso, no es oro todo lo
que reluce ni ingresos propios todo lo que se aporta. Aburre ya la martingala
permanente sembrada de argumentos vanos y falaces. Como añade un compañero
gallego: “A llorar a Cangas de Morrazo”. Hace mención al rito plañidero cuando
se refiere a lamentos injustificados, emotivos, a los que tanto cariño le han
cogido estos políticos catalanes.
El PP, aunque lo haya dejado
para los postres, tiene su cuota de excelentes disparates. Diría que bate
cualquier marca porque, al estar en el gobierno, debe excusar errores,
ineptitudes, sinecuras, de imposible justificación. Sus líderes más mediáticos,
sin despreciar alguno autonómico, compiten denodadamente por conseguir la
corona de laurel que antiguamente se ofrecía al campeón. Sintetizo en Rajoy el
continuo disparate de afirmar obcecadamente lo bien que va la economía española
con disminución del paro incluido. Dos factores, entre otros alardeados, que
falsean la cruda realidad. Asimismo, parece olvidar (yo, no) la escandalosa
venta del Banco Popular con miles de accionistas “requisados” de forma ilícita,
repugnante y torpe.
Pero donde el disparate,
quizás propuesta punible, alcanza su máxima expresión es en los acuerdos del
ejecutivo de Castilla la Mancha. Dice así: “El gobierno de Castilla la Mancha
ha solicitado a los grupos políticos PSOE y Podemos que retiren la enmienda que
habían presentado al proyecto de ley en Materia de Gestión y Organización de la
Administración y otras medidas administrativas para garantizar el derecho a la
carrera profesional de los empleados públicos que accedan a puesto de alto
cargo. (…La razón es que los altos cargos no pierdan el tren de su carrera
profesional)” Interpreto que a estos señores pretenden regalarles una oposición
que muchos españoles de a pie serán incapaces de obtener en la vida. Si eran
funcionarios antes de entrar en política, lo serán después sin merma de sus
derechos. Si no lo eran, que preparen una oposición como cualquier hijo de vecino.
Pensemos que quienes lo proponen dicen servir al ciudadano y trabajar por él;
pero, en realidad, están pidiendo privilegios injustos, ilegales, disparatados.
Constituye una de las primeras propuestas del pacto PSOE-Podemos en esta Comunidad.
Termino uniéndome a los
catalanes. Jamás a sus políticos.
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