viernes, 8 de abril de 2011

IL TROVATORE... MATUTINO


Yo, un tipo de pueblo por nacimiento y crianza, prefiero llamar las cosas por su nombre, evitando atemperar el mensaje o atributo con expresiones que, tras rechazar la falsedad hipócrita, ahondan el ancestral sentimiento trágico de la vida. Para catalogar a alguien poco dado al escrúpulo, a la servidumbre, siempre utilicé un vocablo popular, castizo: cantamañanas. Hoy, atenuado por los años o el entorno -quizás inducido por la frescura jovial, socarrona, de mis hijos- utilizo con moderación la estructura italianizante que abre estos renglones.

Mi paisano de autonomía José Bono, en ese -ya inevitable, congénito- tono distintivo, mitad monacal, mitad aguerrido, se dejó oír semejante frase que no tiene despojo: "A Zapatero le interesa más España que el PSOE". Sospecho la vena ladina del político en cuestión (asimismo cuestionado); no excluyo camuflara el aguijón cáustico bajo su gesto enigmático, amistoso. La herida letal proviene de quien levanta el brazo ofreciendo ese ramo que oculta la daga. Bono aporta escaso crédito entre sus pares; no en balde es un superviviente. Por oposición debe ser sólido, fidedigno, allende la lucha partidaria.

 
Ignoro qué soporte induce al presidente del Parlamento a tan arriesgado y tajante aserto. Pudiera ser materia de fe la razón (irracional) que le impulsa a proclamar con entusiasmo, sin cotejar, apreciación tan encontrada. No consigo avistar al escurridizo prócer nadando contracorriente. Constituye, por tanto, un misterio este afán generoso de loar a un cadáver, salvo que mi paisano -incauto y chamuscado en anterior ocasión- recele que el difunto es un vivo. En política me sorprendería encontrar "un monje del tiempo" que pronosticara la meteorología de modo tan fiable, tan certero. Blanco (nuevamente cada vez más Pepiño) le acompaña, por diferentes cuestiones, en el dúo que se aleja -lo aparenta al menos- de incipientes grupos muñidores. ¿Será Zapatero, al ocaso, un pirómano bombero? ¿Un patriota en segunda instancia?

Reconozco que al señor Rodríguez le puede interesar más España que el PSOE. Sin embargo, hasta ahora, ha demostrado con persistencia no convenirle, por encima de él, ni la una ni el otro. Al momento -perdida toda esperanza de seguir rigiendo los destinos del país- es posible, aunque extravagante, un cambio de rumbo sustancial. Antes, su impulso se orientaba a satisfacer la ambición desmedida de que hacía gala. Perdido el horizonte personal, don José Luis -libre de apremios perniciosos- podría recuperar (a imagen del famoso Caballero Andante) la razón, el equilibrio, la sensatez. Imagino, si así ocurriera, una metamorfosis inesperada, errática.

Sé que la Ciencia Ficción concentra en el adjetivo su carga real; es decir, tiene como único alegato la imaginación pródiga de los autores. Quisiera evitar cualquier paralelismo con esta variante literaria al articular mi tesis. Si tenemos en cuenta a San Mateo y a su recomendación, "por sus obras los conoceréis", queda poco margen para la esperanza. Uno y otro, Zapatero y Bono, tienen un pasado gubernativo lamentable, desastroso. No obstante -hecha tal salvedad- vemos al mayor vicioso protagonizar proezas insólitas. Zapatero sabe que Bono es un populista ineficaz, pero posee excelentes cualidades para el acuerdo. España necesita urgentemente no un gobierno (el que sea); precisa un pacto de Estado entre PP y PSOE. Ningún Ejecutivo, ni con mayoría absoluta, tendría capacidad para elaborar leyes tan complejas como vitales. Por ello, tanto en el gobierno cuanto en la oposición, el país requiere un Secretario General del PSOE alejado de sectarismos, capaz de integrar diferentes alientos sociales. Lo contrario significaría el golpe definitivo para España y para los políticos que gestionan su viabilidad. La Segunda República ofrece una lección magistral, que nadie debe olvidar.

Bono no es santo de mi fervor, pero -en la oposición- puede encarnar la postrera oportunidad antes de sobrevenir el caos. Inverosímil otra alternativa. ¿Se le habrá encendido por fin la bombilla a Zapatero y, en las últimas, fenece patriota? ¿Acaso será Bono un trovatore matutino? Dejemos que Cronos responda.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario